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EDITORIAL

de pasajeros, sufrieron directamente sus graves consecuencias sociales, debieron acceder a mayores costos de fletes y a veces ni

siquiera tuvieron acceso a una oferta de transporte, y encima indirectamente, pero en forma real, debieron aportar económicamente

para solventar el subsidio de servicios ferroviarios de pasajeros de BuenosAires.Además el cierre o reducción de Talleres Ferroviarios

a lo largo de todo el territorio nacional dejó su saldo de desempleo y reducción de capacidad industrial, difícil de cuantificar.

Desde nuestra asociación hemos elaborado estudios que cuantifican algunos de los aspectos mencionados, que no es intención

desarrollar ahora, pero sí podemos concluir que, a pesar de todas las consecuencias negativas esbozadas, que afectaron

fundamentalmente a los habitantes del interior del país, el Estado tuvo que hacer un aporte económico directo mayor al déficit que tenía

la empresa Ferrocarriles Argentinos, más los costos indirectos por mayor consumo de combustible, incrementos de los siniestros que

más allá de los costos humanos repercutieron en los costos de los seguros que termina siendo solventado por toda la población, entre

otros muchos ítems.

Decisiones tomadas en la última década - Posición deAPDFA

Con las decisiones políticas tomadas y el cuadro de situación existente en ese momento, nuestra institución decidió proponer una

alternativa que cambie el esquema vigente, pueda comenzar a corregir las graves distorsiones generadas y posibilite una ejecución

política realizable de solución. Así a partir del año 1999 se comenzó a elaborar un proyecto, que en el año 2000 se transformó en un

proyecto de ley que llamamos ENAFE (Empresa Nacional Ferroviaria) que corrigiera los errores o falencias de la antigua Ferrocarriles

Argentinos e incorporara experiencias internacionales exitosas adaptándolas a la realidad de nuestro país. Este proyecto a grandes

rasgos establecía que el Estado a través de esta empresa tomaba a su cargo la gestión y administración directa de la totalidad de la

infraestructura ferroviaria nacional y el control de la circulación sobre la misma. La empresa tendría también la posibilidad de operar

trenes de pasajeros y de carga por sí misma, y permitía la continuidad de concesiones a través de operadores privados, pero perdiendo

estos la exclusividad de la red que operan y debiendo a su vez abonar un canon o peaje a la ENAFE de acuerdo a las rutas asignadas, al

deterioro que ese servicio pueda producir en la red y para el mantenimiento de la operatividad del sistema. Este esquema posibilitaba

que el peaje o canon pueda utilizarse para fomentar o desalentar los tráficos de acuerdo al interés social regional que el mismo tenga.

Incluso posibilitaba la creación o continuidad en algunos casos de emprendimientos provinciales, ahora con otras posibilidades al

hacerse cargo el EstadoNacional del costo de la infraestructura.

Ese proyecto circuló por los ámbitos políticos, y en el año 2003, con algunas diferencias menores, formó parte de la plataforma

electoral de 3 candidatos a Presidente, entre ellos quien ganara las elecciones en esemomento. En el ámbito legislativo, por iniciativas y

apoyos de distintas bancadas tuvo varias veces estado parlamentario, pero lamentablemente nunca pudo ser tratado en las cámaras.

Durante la gestión del Gobierno anterior se fueron tomando algunas decisiones que pretendieron recomponer la actividad, pero

durante algunos años no abordaron las cuestiones de fondo, frustrando así los intentos de recomponer el sistema ferroviario, más allá de

rescindir algunos contratos de concesión en los servicios de pasajeros de BuenosAires.

Recién con la promulgación de la ley 26352 en el año 2008 con la creación de las empresas Administradora de Infraestructura

Ferroviaria Sociedad del Estado (ADIFSE) y Sociedad Operadora Ferroviaria Sociedad del Estado (SOFSE), se da un paso concreto

hacia generar una solución real de la operatoria ferroviaria y posibilitando un esquema similar al queAPDFAvenía propiciando desde

hacía años. Así ADIFSE pasó a ser titular de la infraestructura ferroviaria y SOFSE pasó a ser una empresa del Estado habilitada a

operar trenes de pasajeros. Durante algunos años estas herramientas no avanzaron en cumplir acabadamente las funciones para las que

fueron creadas, pero lentamente ADIFSE comenzó gestionar las inversiones en infraestructura, y SOFSE se fue haciendo cargo de la

operación de algunas líneas de pasajeros de Buenos Aires. Posteriormente se crea la empresa Belgrano Cargas y Logística Sociedad

Anónima (BCYL SA), 100 % estatal, que se hace cargo de los servicios de carga de las líneas Belgrano, San Martín y Urquiza. Estas

decisiones, obviamente, son apoyadas por nuestra institución ya que lo entendimos como un paso importante, más allá de que no

completaba un esquema integral como necesitaba el sistema ferroviario nacional.

Ya sobre el final de la gestión del Gobierno anterior, se sanciona la ley 27132 creando la empresa Ferrocarriles Argentinos Sociedad

del Estado, que a su vez integra a las empresas ADIF SE, SOF SE y BCYL SA, que dispone asumir la gestión y administración de la

infraestructura ferroviaria, y control de la circulación de toda la red nacional, transformando así a las concesiones privadas aún vigentes

en simples operadores, perdiendo estos la exclusividad de la utilización de la red a su cargo. Con este paso, el esquema diseñado y

vigente posibilita, ahora sí, una transformación real del sistema con el criterio de “acceso abierto”. Esta ley, que aún no fue

reglamentada, a pesar de haberse cumplido el plazo establecido para ello, fue aprobada por amplia mayoría en ambas cámaras

incluyendo la bancada del partido hoy gobernante. Demás está decir que nuestra institución apoyó y aplaudió la sanción de esta ley.

Situación actual - Posibilidades futuras

Actualmente, como se dijo, existe la ley 27132 promulgada, pero aún no se ha avanzado en la puesta en vigencia de la misma, pues

debería haber asumido la Empresa Ferrocarriles Argentinos SE la directa gestión de la totalidad de la infraestructura ferroviaria

nacional y el control de la circulación sobre la misma, absorbiendo esas vitales funciones a las concesiones privadas que aún continúan:

Nuevo Central Argentino (Aceitera General Deheza), Ferroexpreso Pampeano (Techint), Ferrosur (Camargo Correa), Ferrovías

(Emepa) y Metrovías (Roggio). Además, también el Estado Nacional debería asumir la gestión de la infraestructura en manos de los

Estados Provinciales.

Sí, se está llevando adelante un importante plan de inversiones en distintos tramos de la red ferroviaria nacional, que obviamente

destacamos, pero entendemos que se deberían revisar con un criteriomás federal y abarcativo las prioridades de esos planes.

Algo muy importante a destacar es que, si bien desde el Estado Nacional la empresa Belgrano Cargas y Logística SE tiene a su cargo

la explotación integral para el transporte de carga de las líneas Belgrano, SanMartín y Urquiza, no ha cambiado el criterio de operación,

manteniendo la lógica de funcionamiento de las operadoras privadas, enfocando su gestión en priorizar la rentabilidad directa, e incluso

sin haber agotado sus esfuerzos en recuperar tráficos que fueron perdiéndose en los últimos años.

Vemos con preocupación que se estarían tomando decisiones de transferir a las provincias algunos servicios ferroviarios de pasajeros

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